jueves, 31 de marzo de 2016

¿POR QUÉ EL INSPECTOR SE LLAMA HOMERO?

Entre tanto, su hermano Paco se había casado en Pozoblanco con una taruga, a la que había conocido mientras la auscultaba en la consulta que había puesto en este pueblo. Diez meses después, se quedaba viudo y con un niño recién nacido al que puso el nombre de Homero, en recuerdo de su mujer fallecida, Penélope.

Un revólver en la maleta, pág. 18.



―Soy el inspector Alejo López. ¿Cómo te llamas?
―Homero Pérez.

Un revólver en la maleta, pág. 19.



―Imagino que a mí, el día de mañana, me pasará igual con mis hijos. Me da miedo que se hagan mayores y que se marchen de casa. Ah, y no se preocupe por mí, que no voy a menospreciarlo porque lo hayan llamado Homerito delante de mí, aunque tiene su gracia el diminutivo. Por cierto, y con todos mis respetos, vaya nombre más raro que tiene. No suena a cristiano.

―En tu discreción confío. Sí, era el nombre de un escritor griego de la antigüedad, que era ciego. Me lo pusieron en recuerdo de mi madre, que se llamaba Penélope, como el personaje de una de sus obras. 

Un revólver en la maleta, pág. 118.



Una curiosidad (nada casual): las iniciales del Homero Pérez son HP, que coinciden con las de un famosísimo detective belga que tenías ojos verdes de gato, cabeza en forma de huevo y un mostacho tan prominente como bien cuidado.





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